Aristóteles, La ciencia moral
Siendo nuestra intención tratar aquí de cosas pertenecientes a la
moral, lo primero que tenemos que hacer es averiguar exactamente de qué
ciencia forma parte. La moral, a mi juicio, sólo puede formar parte de
la política. En política no es posible cosa alguna sin estar dotado de
ciertas cualidades; quiero decir, sin ser hombre de bien. Pero ser
hombre de bien equivale a tener virtudes; y por tanto, si en política se quiere hacer algo, es preciso ser moralmente virtuoso. Esto hace que parezca el estudio de la moral como una parte y
aun como el principio de la política, y por consiguiente sostengo que
al conjunto de este estudio debe dársele el nombre de política más bien
que el de moral. Creo, por lo tanto, que debe tratarse, en primer
término, de la virtud, y hacer ver cómo es y cómo se forma, porque
ningún provecho se sacará de saber lo que es la virtud sino se sabe
también cómo nace y por qué medios se adquiere. Sería un error estudiar
la virtud con el único objeto de saber lo que es, porque es preciso
estudiarla para saber cómo se adquiere, puesto que en el presente caso
queremos, a la vez, saber la cosa y conformarnos nosotros mismos a ella;
y es claro que seremos incapaces de conseguirlo si ignoramos el origen
de donde procede y cómo puede producirse.
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